Bueno, pero la cuestión aquí es otra. Primero que todo me confieso seguidor de toda la trayectoria de Soda Stero. No se si será porque la entiendo como una banda que me acompañó en mis últimos años de colegio y Universidad, porque carretié con su música, porque los fui a ver varias veces en vivo, porque veranié escuchando la versión plugged de Un misil en mi placard, porque alguna que otra damisela bailó conmigo algunos de sus temas o porque su "ruptura" llegó en un momento algo turbulento. No se los motivos, en realidad, pero que constituyen parte de my shared folders, de mi banda sonora, es indesmentible. De hecho, incluso, quedé algo huérfano musicalmente tras su ruptura, pues si bien es cierto que sigo bandas británicas preferentemente, con Soda ocurría algo muy particular. De ahí que seguí con posterioridad la carrera de Cerati como solista. Rara es la cosa. Hace algunos días atrás conversaba que con Ahi vamos, Cerati había alcanzado la consolidación como solista - cosa que rara vez ocurre con fulanos que se alejan de sus bandas referenciales - y que recién se había logrado construir una imagen artística ajena al grupo que lo vio nacer, tanto musical como estéticamente; pero ahi está, de vuelta para conmemorar los diez años de la disolución y sus gracias totales!! y para hacer un millón y medio de los verdes en ganancias personales.
La historia de la vuelta a los escenarios es concisa. El contrato para el regreso de Soda Stereo se firmó en diciembre de 2006. Tres condiciones que puso el trío estaban cumplidas: una buena oferta económica (se habla de 6 millones de dólares, pero se firmó cuando habían programados menos shows), el reposicionamiento artístico de los tres y la recomposición de su relación a partir de fines de 2005. De ahí sólo la concreción del tour por Latinoamérica (que incluye Chile, Perú, Venezuela, México y otros, más cinco River Plate) y de vuelta a los proyectos individuales a partir de 2008. Por lo menos eso apunta la página del grupo y otros sitios donde ya se respira la misma sodamanía de los 80's.
Los más fanáticos o los que descubrieron al grupo en esta década de receso se preguntaran por qué de lo efímero del reencuentro. En ese aspecto, para ellos será una pena que no esté en agenda realizar un nuevo disco juntos. Por allí también pasa que las ultimas grabaciones de los argentinos – Dynamo (1992), Sueño Stereo (1995)- fueron tortuosas, más aún con la dura relación entre Cerati y Alberti. Quizás los Soda le temen a ese escenario nuevamente, el de las discusiones. No obstante y lo más probable es que se escuchen temas reversionados con sampleos y delays al estilo Ahi vamos, porque si de algo debemos estar convencidos es que esta serie de recitales tendrán más fuerza que los de El último concierto. Para ello - en el campo de las especulaciones de los medios trasandinos - es probable que vuelvan a recurrir a Tweety González o a Richard Coleman. El primero es número seguro, con el segundo, en una de esas.
La ausencia es parte intrínseca y necesaria para que el mito exista.