Con anterioridad al S. XVIII el hospital era esencialmente una institución de asistencia a los pobres, pero al mismo tiempo era una institución de separación y exclusión. El pobre, como tal, necesitaba asistencia y, como enfermo, era portador de enfermedades y propagador de éstas (tanto físicas como morales). En resumen, era peligroso. De ahí la necesidad de la existencia del hospital, tanto para recogerlo como para proteger a los demás contra el peligro que entrañaba. Dice Foucault - entonces - que el hospital era un lugar para ir a morir. El personal hospitalario no estaba destinado a curar al enfermo sino a conseguir su propia salvación. Era un personal caritativo (religioso o laico) que estaba en el hospital para hacer obras de misericordia que le garantizaran la salvación eterna. Por consiguiente, la institución servía para salvar el alma del pobre en el momento de la muerte y también la del personal que lo cuidaba: En resumidas palabras, el "hospital general" era un lugar de internamiento donde cohabitan enfermos - leprosos -, locos - peligrosos para la sociedad - y prostitutas sin ninguna finalidad médica.
Hagamos un viaje. Cada viaje tiene estaciones. Cada estación tiene su mobiliario. Cada mobiliario ha estado en contacto con la gente. Viajemos en la gente, con la gente y por la gente. Va a ser un viaje no exento de maldad, crueldad y desilusiones, pero también de emociones gratas. Subámonos a este, mi tren.
Entradas populares
-
La obra de Cortázar muestra el carácter antitético de la condición humana que se revela en una lucha interior, nacida precisamente por el cu...
-
De tiempo en tiempo, pasan por este asilo "genios" incomprendidos por la sociedad, parias para ciertos círculos, desterrados, no ...
-
Hace exactamente veinte años falleció uno de los más grandes referentes de las últimas tres generaciones: en 1988 se acababa la vida de Ram...
-
No pretendo entrar en polémicas - ya han habido suficientes - sobre la validez del programa de TVN " Grandes Chilenos ", del cual ...
-
" Caca, Tulio...digamos las cosas como son " o " La caca, también conocida como churretín , o phphpoghphphpogh " son a...
-
Por estos días el gladiador insurrecto de la historia romana ha cobrado protagonismo en la serie de TV " Spartacus, blood and sand &quo...
-
Hace ya un buen rato que no nos habíamos pronunciado a la serie de televisión Héroes, la gloria tiene su precio . Ya llegará el momento de ...
-
Tuve la oportunidad recientemente de ir a ver la última "gracia" de Mel Gibson. Se trata de Apocalypto . Una película de aventura...
-
Contradicciones de la política, del sistema, de lo que fuere. En la página de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso se señala que el ascen...
-
Escribe Padilla: ¿Cómo abordar la percepción que me despierta La muerte de Isolda de Horacio Quiroga? ¿Cómo no dejarme identificar con Tris...
domingo, 30 de septiembre de 2007
El miedo (4ª parte): El nacimiento de la reclusión hospitalaria
Con anterioridad al S. XVIII el hospital era esencialmente una institución de asistencia a los pobres, pero al mismo tiempo era una institución de separación y exclusión. El pobre, como tal, necesitaba asistencia y, como enfermo, era portador de enfermedades y propagador de éstas (tanto físicas como morales). En resumen, era peligroso. De ahí la necesidad de la existencia del hospital, tanto para recogerlo como para proteger a los demás contra el peligro que entrañaba. Dice Foucault - entonces - que el hospital era un lugar para ir a morir. El personal hospitalario no estaba destinado a curar al enfermo sino a conseguir su propia salvación. Era un personal caritativo (religioso o laico) que estaba en el hospital para hacer obras de misericordia que le garantizaran la salvación eterna. Por consiguiente, la institución servía para salvar el alma del pobre en el momento de la muerte y también la del personal que lo cuidaba: En resumidas palabras, el "hospital general" era un lugar de internamiento donde cohabitan enfermos - leprosos -, locos - peligrosos para la sociedad - y prostitutas sin ninguna finalidad médica.
jueves, 27 de septiembre de 2007
Requiem por un sueño: El lado B de la vida!
Buena o lamentablemente, todos los que residimos en este asilo - el establishment - hemos llegado hasta acá por la constante búsqueda de aquellos tentadores quince minutos (sea en el ámbito que sea) que nos hagan despuntar del resto, cuando lo que de seguro vamos a obtener es sentarnos en la vereda a esperar que nos vengan a visitar - como Sara espera a Harry, espetándole a sus vecinas el "éxito" de su hijo - y que nos toque "el cuarto de hora". Ojalá no terminar como Marion!!
martes, 11 de septiembre de 2007
11-S (Carta desde el encierro)
Terribles sucesos han ocurrido en un día como hoy. Anoche conversando con Diógenes nos planteábamos cuán terribles se han convertido los once de septiembre, y la conversación se hizo realidad pues hoy día nos sirvieron, al almuerzo, garbanzos con patitas de pollo, seguramente lo mismo que comió Michimalonco el 11 de septiembre de 1541 cuando arrasó con un rancherío al que llamaban Santiago de la Nueva Extremadura. Bien poco avispao ese indio tal por cual porque terminó degollado por una mujer que no me acuerdo como se llamaba, parece que Irene era su gracia...en realidad la memoria la tengo tan mala que no se me viene a la cabeza su apellido. Y que me dice usted de estos que querían marchar por Morandé y que los serenos no los dejaron pasar por miedo a que entraran a ver el partido de Chile con Austria y se tomaran unos vinitos demás y dejaran la media escoba por tirar bengalas y cuetes al estadio. Yo digo que todo eso es culpa del tal "loco" ese. Bah! como se llama. Bueno da lo mismo.
Acuérdese la próxima vez que venga a visitarme traerme unos puchitos, porque es lo único en que puedo matar el tiempo y la pérdida. Lo único que recuerdo con certeza es que hace diez años estoy metido aquí adentro. Si, de ese día en que los milicos se tomaron el poder y mandaron para el exilio al "León". Creo que un almirante fue uno de los cabecillas de esa revuelta. No le digo que esta fecha es maldita, puras desgracias mi buen José no más. Yo lloraba a "mares" caminando por la calle sin consolación posible. Imagínese como estaba la familia por la partida de tan alta autoridad. Si yo mismito vi al Chicho pegándose un tiro y antes que se lo diera me dijo: -Si van a estar bien, lo mejor es que estén juntitos, para qué lo van a dejar aquí. Me imagino que se refería al bueno para nada del Ibáñez del Campo que también andaba metido en el quilombo ese.
Para colmo de males, el dueño del fundo andaba visitando un jardín infantil de la JUNJI y le avisaron que los "cabros chicos" habían echado abajo unos "monitos" lego, que le habían llevado de regalo, con la consabida "llantera" de todos, sobre todo de uno al que le decían el Pinoccio por lo mentiroso. Al principio nadie le creía, hasta que fueron al hospital y ahí estaba. Con su brazalete distintivo parecía decirme - Y a qué hora nos vamos? Ya poh - le dije al Merino. -Córtala de tomar no veí que me van a retar en la casa por andar hasta tan tarde. Además que estábamos organizando la fiesta para celebrar que Chile le había metido dos goles a los australianos.
Asi es no más poh don Nacho. Que quiere que le diga. Se extrañan harto sus visitas por acá, y acuérdese del encargo. Si pues, los postres de leche. Mire que hoy día, a parte de las verduritas, nos dieron pa comer un arroz masamorriento que más que arroz con leche se parecía más sopa de arroz. Ah, se me olvidaba comentarle. - Vió, por la tele, esos aviones estrellarse en las torres. Parece que eran las de San Borja por todo el revuelo que había en la calle, o será porque pasado mañana toca Soda Stereo. Es el último concierto que dan parece. Da igual, si seguro me van a llamar tempranito mañana para avisarme que la pena ya está llegando y ahi se va a quedar. Que qué me están dando para la falta de memoria? Nada pues, si la tengo perfecta. Si fíjese que ayer no más agarré las mías y me fui para San Carlos a donde la Rita a comprar galletas de vino, igual que cuando era chico, y me las comí toditas mientras estos indios hacían pedacitos los éjidos del tal Valdivia ese.
Ya mi queridísimo, me están apurando porque el cartero está por pasar y, como de costumbre, toda la correspondencia la revisan. No se por qué. No vayamos a meter un hawkerhunter adentro del sobre no más. Le mando una fotito para que me recuerde y para que no se vaya a olvidar de mi encargo. Y demás está decirle, no sea ingrato. Mire que este servidor lo lleva siempre presente.
Suyo siempre,
lunes, 10 de septiembre de 2007
La construcción de un mito: Diego Portales y Palazuelos
Creo que históricamente esta entrega es la más débil de las cuatro que se han exhibido, puesto que la historia central se enfoca en la vida privada de Portales más que en su gestión política. Hasta ahí todo bien, sin embargo la historia presenta algunas "lagunas" bastante trascendentales a la hora de entender ese mismo ámbito privado como por ejemplo la aparición espontánea y de la nada de Constanza de Nordenflicht, una mujer peruana que se convirtió en la amante de Portales y que le dio tres hijos nunca reconocidos por éste, situación que se subentiende tras la promesa de jamás volver a casarse tras la muerte de su esposa y amor de toda su vida: Josefa Portales y Larraín o "mi dulce Chepa" como él la solía, cariñosamente, llamar. Tampoco queda claro la situación histórica de su padre, don José Santiago Portales y Larraín, quien aparece exiliado a la isla de Juan Fernández en el año 1808, cuando en ese año el proceso de independencia aún no comenzaba y, por ende, los exilios a los patriotas tampoco. En tercer lugar, se omite absolutamente el rol de comerciante de Portales, hecho que primero lo llevó a asentarse en Perú durante algunos años, a formar una empresa con su socio de toda la vida, José Manuel Cea y, como consecuencia de estos sucesos, a hacerse del estanco del tabaco - monopolio a través del cual esta empresa gozaría del monopolio en la venta de este producto en Chile - durante los primeros años del Chile independiente. Es este negocio y su estruendoso fracaso lo que llevará a Portales a interesarse por la política, y más que por la política, su foco estuvo en la eliminación del espectro político de la facción liberal - o pipiola - que entre 1827 y 1829 gozó del poder político y que fue responzabilizada por Portales del fracaso de su negocio.
Lo que si se agradece del telefilme es que se muestra toda la pasión y la entrega que Portales puso en la organización de la naciente república, sin ahondar en la misma problemática de la organización. Tema, que por lo demás, está velado por la "mediocridad" intelectual de este anti - héroe que sólo se deja ver a través de las innumerables cartas que escribió a sus cercanos y desde donde se puede apreciar el ideario político portaliano con todo su pragmatismo político puesto al servicio de la modelación de virtudes políticas entre los habitantes del país (si es que puede llamarse habitantes a la minoría aristocrática del país, la que había manejado los destinos de la incipiente república desde la abdicación de O'higgins), lo que queda sobre manera explicitado en la frase "palos y bizcocho" como única forma de tratar a los individuos.
El hecho de que el sistema portaliano se haya extendido hasta 1891, ha generado en alguna historiografía que la figura de Portales se conciba como la del verdadero organizador de la república, y no sin razón. Diego Portales, algo contradictoriamente, señaló que todo gobierno debía basarse en principios y no en personas (atacando los caudillismos típicos del período post independencia). Dichos principios debían estar encarnados en leyes que estuvieran por sobre los individuos para que éstas modelaran el comportamiento cívico de los individuos: Su mayor expresión fue la Constitución de 1833. Misma de la que Portales en más de una oportunidad, mirando a través de sus valores políticos - muchas veces subvertidos a la mirada convencional - se burló: "De mí se decirle que con ley o sin ella, esa señora que llaman la Constitución, hay que violarla cuando las circunstancias son extremas. Y ¡qué importa que lo sea, cuando en un año la parvulita lo ha sido tantas veces por su perfecta inutilidad".
A la luz de lo ya planteado queda claro cuán controversial resulta hasta hoy la figura portaliana: Querido y adorado por algunos sectores - más bien conservadores -, denostado y odiado por la izquierda intelectual y política por ser un referente del autoritarismo político. Aún así esta figura sigue siendo objeto de análisis por su protagonismo en la organización del Chile independiente y en 2005 volvió al tapete tras encontrarse sus restos en la catedral de Santiago en donde había yacido olvidado y extraviado por mucho más de un siglo. Las paradojas de la historia. Renegó de Dios por haberle quitado a su mujer e hijos y tras ser cautivado en Quillota y fusilado en Valparaíso en 1837 de manera bastante salvaje pues resistió a las balas para luego ser acuchillado en más de treinta oportunidades por bayonetas, sus restos fueron a parar a donde menos hubiera él deseado probablemente.