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miércoles, 26 de noviembre de 2008

Evolución histórica del género en Chile (2ª parte)

Hacia mediados del S. XIX, con la bonanza que había traído a Chile las exportaciones de trigo, de plata y de carbón, el foco comercial se trasladó paulatinamente al puerto de Valparaíso, lugar al cual llegarían innumerables emigrantes que venían dispuestos a llevar a cabo actividades de corte mercantil. La figura económica del no intervencionismo del Estado en actividades comerciales sedujo aún más a ingleses y franceses que llegaron a Chile y rápidamente cobraron una importancia social que fue desplazando paulatinamente a la aristocracia terrateniente a planos secundarios.

La vida social, igualmente, se transformó, pues estos extranjeros traían toda una carga cultural que la entregaban en las obligadas tertulias. El estilo de vida europeo y el liberalismo político comenzó a seducir a los más altos círculos de la vida porteña y santiaguina.

Es en estos círculos, donde la mujer comenzó a entrar paulatinamente para imbuirse en el ámbito cultural. Claro está, sin renunciar a todos aquellos mandatos que la Iglesia les imponía desde el S. XVIII, como era el "taparse" para no mostrar esa intimidad tan codiciada por el sexo opuesto. Sin embargo, rápidamente se tranformaron en verdaderas "reinas" de los palacios que las riquezas mercantiles se mandaron a construir, fruto de las buenas inversiones realizadas.

Paulatinamente, las mujeres, aprovechando este nuevo escenario, comenzaron a abrir nuevos "canales de opinión" que asoció temas de género (feminismo oligárquico). La mujer de clase alta se vió con la chance de mostrar sus opiniones y hacerlas valer en un mundo, todavía, concentrado en el mundo masculino. Un ejemplo claro, es la preocupación por la "cuestión social" que vivía el país debido a las precarias, injustas y miserables condiciones de vida de los trabajadores asalariados, tema que la oligarquía masculina no consideraba en lo absoluto.

Ejemplos de los puntos aludidos, es la primera poeta de nuestro país, Mercedes Marín del Solar, quien escribió el "Canto fúnebre a la muerte de Portales". Martina Barros de Orrego, quien ante la dictación del "Sufragio universal" por el Presidente Santa María en 1884, espetó la ley por no considerar a la mujer en dicha reforma constitucional. Otro caso, que abriría toda una vertiente de acción femenina en el país, es el de María Larraín de Vicuña, quien impondría el concepto de "Marianismo", no como una normativa virginal de castidad sino en un modelo de "maternidad social", de protección a los más desamparados.
Quien mejor llevó a cabo este concepto de "maternidad social" fue Juana Ross de Edwards. Toda una filántropa que con la ayuda económica de la riqueza de su marido (Agustín Edwards), logró comprar sitios, construir dispensarios, casas de huérfanos y hospitales en la ciudad de Valparaíso y otras zonas. El feminismo de Ross fue silencioso, de acción. No formuló una promesa de liberación de la mujer y de los pobres, sino que configuró un "Estado de beneficencia social" (Estado de Providencia).

La otra cara de la moneda son las mujeres del bajo pueblo, en donde la liberación fue bloqueada, expoliada y/o reprimida de modo creciente, tanto para las campesinas como para las trabajadoras artesanales...Chile seguía siendo un país en donde el "Señor" mandaba. Las mujeres oligárquicas se emancipaban, pero la minoría, sólo algunas.

martes, 25 de noviembre de 2008

Mass Media y vigilancia!

¿Cuánto gana usted?, ¿Ha pensado usted alguna vez en suicidarse?, ¿Usted es ahora o ha sido siempre...?, ¿Tiene usted conciencia de...? Los dispositivos eléctricos de información para una vigilancia universal, tiránica de la cuna a la tumba, están originando un verdadero dilema entre nuestra búsqueda de la privacidad y la necesidad de enterarse que tiene la comunidad.

En la actualidad la culpa no se puede adjudicar privadamente a determinado individuo, sino que, por alguna misteriosa razón, es algo compartido por todos. Este sentimiento parece volver a aparecer entre nosotros. Nos dicen que en las sociedades tribales es una reacción familiar que cuando sucede algo horrible, algunas personas comenten: "Que espantoso debe ser sentirse así"!, en vez de culpar a quien cometió la mala acción. Este sentimiento es un aspecto de la nueva cultura de masas en la que estamos penetrando: un mundo de compromiso total donde cada uno está profundamente envuelto en la vida de los otros, y donde ya nadie concibe en realidad qué puede ser la culpa personal.


Los viejos y tradicionales modelos de pensar y de un actuar privados, aislados - los patrones de la tecnología mecánica- están seriamente amenazados por nuevos métodos de instantánea recuperación eléctrica de la información almacenada, por el banco de legajos procesados eléctricamente por computadoras...esa gran sección de chismes que no perdona ni olvida, de la cual no hay redención posible y que no deja borrar los primeros "errores". Ya hemos llegado a un punto en que se hace necesario ejercer un control terapeútico apoyado en el conocimiento de los medios y sus efectos totales sobre todos.

En un ambiente de información eléctrica, los grupos minoritarios ya no pueden ser contenidos - ignorados. Demasiadas personas saben demasiado las unas sobre las otras. Nuestro nuevo ambiente obliga al compromiso y a la participación. Cada uno de nosotros está ahora irrevocablemente envuelto en la vida de los demás, y es responsable de ellos.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Un día normal!

La mujer cojeando sale a trabajar tomando el metro y la micro para dirigirse a Vitacura en donde trabaja. Allí sale al supermercado, va a la feria y hace las labores de la casa. De vuelta al block C– 3, cocina para el día siguiente, ayuda a hacer las tareas a sus niños y realiza el aseo doméstico. A las nueve vuelve el marido, la mujer encierra a los niños y éste, borracho, pide una marraqueta con una tasa de te. Al día siguiente la mujer sale de su casa al trabajo cojeando y con un ojo morado.
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