Entradas populares

lunes, 30 de agosto de 2010

Los 33 y el derrumbe del cartón piedra del bicentenario - Cristián Warnken

Todo ha ido derrumbándose alrededor nuestro en estos años (instituciones, convicciones, la república tal como la conocimos), pero el último derrumbe nos trajo una sorpresa inesperada, impensada...

La tierra habló el 27 de febrero. Ahora es el hombre el que habla desde el fondo de la tierra. Y habla desde el desierto, el desierto que empezaba a crecer en nuestra propia alma. La mirada de esos mineros a la cámara-sonda y la luz de sus linternas tienen el efecto de un relámpago. Un relámpago en la noche. Porque hemos estado sumergidos en una noche sin darnos cuenta. La noche de un país que ha renegado de su luz propia para copiar y encandilarse con la luz de los reflectores, las cámaras, la farándula, el evento, el reality , etcétera.

Ante estos 33 hombres sumergidos en la tierra, todo reality , todo "evento" palidece y se desintegra ante un "acontecimiento". La realidad -con su consistencia de piedra y mineral- desaloja el simulacro.

Es la verdad, la verdad de nuestra radical precariedad y abismo la que ahora brilla, y brilla sumergida, como un mineral de alta ley, puro, tenaz y deslumbrante.

La luz de estos mineros nos ciega como la luz de la caverna del filósofo griego. Como si no pudiéramos verla de frente, tanta es su potencia enceguecedora. Ahora estamos ciegos. Ciegos por la luz de 33 pequeñas linternas. Y debemos seguir ciegos todo lo que sea necesario, para volver a ver.

¿Y qué vamos a ver? Nuestra desnuda esencia, nuestra verdad más honda, nuestra belleza, nuestra esperanza tanto tiempo sepultada por la mentira.

Estos 33 chilenos son los héroes de una hazaña épica interior. Porque ésa es la batalla que hay que librar ahora: hacia adentro. Y hay que "resistir". Resistir en el sentido radical que una vez señaló el poeta Rilke. Resistir a los cantos de sirena de superficie, resistir a todo lo que nos aleje de nuestro propio centro, y nos extravíe. Porque de tanto alejarnos de nuestro centro, habíamos perdido contacto con la torre de control. Pero alguien nos ha llamado desde la pura piedra. No un e-mail, no un mensaje de texto: 33 caracteres escritos con la propia sangre.

Los mineros no están en un Infierno: somos nosotros los que estamos en él. El Infierno del sinsentido, de la falta de verdad y autenticidad. Ellos son nuestros Orfeos. Orfeo sacó a su amada Eurídice del Hades, el país subterráneo de la muerte. Ellos, con sus mensajes y sus lámparas, van a sacar a Chile de su extravío. Ellos son nuestros rescatistas.

Hasta ahora teníamos un Bicentenario de cartón piedra, de fachada. Ahora, en esta espera, nos preparamos para nacer de nuevo. Es una espera de un largo parto. Es la tierra que va a dar a luz a 33 hombres. Pero en realidad somos nosotros los que vamos a nacer, porque estábamos dormidos y muertos. No bastó un terremoto para despertar. Necesitábamos un Gran Mito para agruparnos alrededor de él: y ésta no es una "noticia" más, sino un Mito nacido del inconsciente del pueblo chileno. Como si la república quisiera nacer de nuevo, como si estos 33 mineros fueran sus hijos pródigos a punto de regresar. Y mientras no regresen, Chile no existe todavía.

Habrá entonces que dejar hablar de Bicentenario: habrá que hablar del nacimiento de una patria nueva, una patria en gestación que se está incubando al interior de nuestras propias entrañas y alma. Una patria que gestaremos entre todos en estos cuatro meses de rescate, de rescate de nuestra propia esencia perdida.

Una patria más pobre pero más rica, cuyos diamantes son los ojos de los más pobres. Una patria que quiere florecer (como desierto florido) con dolores de parto. Una patria de lámparas de minero y miradas limpias



"Estar donde uno ES y SER donde uno está"

martes, 3 de agosto de 2010

Espartaco - mito y realidad

Por estos días el gladiador insurrecto de la historia romana ha cobrado protagonismo en la serie de TV "Spartacus, blood and sand", la cual hasta el momento mezcla elementos reales con los típicos axiomas de la entretención: sangre, sexo, intrigas y el mundo romano que siempre ha llamado la atención, generalmente por morbo y pocas veces por un enriquecimiento histórico. Con un toque a 300 en lo que a efectos especiales se refiere el show es entretenido y adictivo, menos para mentes pacatas claro está.

Espartaco era un habitante de Tracia, pueblo no conquistado por Roma pero si tributario de éste. Mientras Roma estaba en campaña para tomarse el reino de Mitrídates en el Ponto (Asia Menor), Espartaco se sublevó de los romanos y se dedicó al pillaje y bandidaje en la zona. Seguramente, los romanos lo capturaron y conociendo las virtudes de los tracianos para la guerra lo llevaron a Capua al ludus (escuela de gladiadores) de Cneo Batiato en donde compenzó a pelear hasta cuando se dio cuenta de la realidad que vivían ellos y los esclavos de Roma en general. Era el año 73 a.C. según algunas fuentes, cuando el traciano ideó la revuelta de los esclavos o la "Guerra de Espartaco" (Bellum Spartacium).

"Las fieras rabiosas" como son definidas por las fuentes el pseudo-ejército emancipado, escaparon robando armas y comida al Vesubio. Es allí donde se comienzan a unir fuerzas: esclavos y campesinos empobrecidos que bajo una jerarquía cuestionable comenzaron a avanzar hacia el norte saqueando para poder  sobrevivir. Setenta mil hombres se calcula que llegó a tener esta empresa a cargo de Espartaco y sus compañeros de gladium, Criso y Enomao, los otros cabecillas de la revuelta.

Los romanos que no veían en esta situación algo de cuidado mandó la mitad de una legión a repeler la insurrección para asi evitar el paso hacia el sur. Enomao cae en batalla y las tropas de Espartaco siguen al norte bordeando el Mar Adriático. Ante los acontecimientos, Roma envió a sus dos cónsules a repeler el avance de Espartaco. Según apuntan las fuentes, los discensos de Criso y el tracio los llevaron a separarse por conflictos de intereses y liderazgo o bien fue una estrategia militar constituyendo este ejército como la retaguardia del gladiador. Esto le costó la vida al galo (Criso) y a treinta mil rebeldes. Ya en Módena, a los pies de los Alpes, surge la interrogante ¿Por qué no escapar de Italia? Espartaco quemó la ciudad y dio vuelta atrás para segui camino al sur. En esto vio Roma que la sublevación podía ser una nueva Guerra Púnica y Spartacus un nuevo Aníbal Barca.

Era el turno de Craso, general romano poco ortodoxo, quien tenía como misión detener a Espartaco. Su intención alejarlo de Roma. Fue vencido y el tracio llegó a las costas colindantes con Sicilia pactando con piratas de allí el paso de las tropas del gladiador. Los piratas desconocieron el trato, no devolvieron el dinero - obvio - y Craso cercó la península entre el Jónico y el Tirreno creyendo que cercados se acabaría todo. Espartaco salvó el obstáculo sin problemas.

El héroe romano del momento era Pompeyo, general romano que acababa de incorporar Hispania a Roma, por lo que lo mandaron a llamar con la consiguiente furia de Craso. Finalmente, por el norte Pompeyo, por el sur Craso y por el Adriático Varrón Lúculo a Espartaco no le quedó más que enfrentar a Craso en un campo que se desconoce (Apulia tal vez)y, en un acto sin sentido, acuchilló a su caballo emulando algún rito tracio a lo mejor con su posterior muerte de una lanza en el muslo y luego el remate definitivo. De los cuarenta mil muertos, se desconoce el paradero de Espartaco y los que salvaron con vida, lo más probable, es que Pompeyo que había llegado con los hechos consumados los haya ajusticiado: Cerca de tres mil sobrevivientes fueron crucificados en la Via Apia como símbolo del poder romano.

Espartaco durante la historia a sido invocado, generalmente, como un individuo reivindicativo de las injusticias. Marx, el movimiento spartakista alemán de 1916 y Lenin quien lo reconoce como el héroe más grande de los movimientos servilistas.

Hoy, se puede ver esta historia - novelada - en TV cerrada los domingos por la noche en City Max.

lunes, 2 de agosto de 2010

Ascensor Cordillera, 70 grados al cielo


Contradicciones de la política, del sistema, de lo que fuere. En la página de la Ilustre Municipalidad de Valparaíso se señala que el ascensor Cordillera está en "en plena vigencia".

La opinión pública hizo eco este fin de semana del cierre a las 21.30 del sábado 31 de julio de este ascensor que tiene su validez histórica, entre otras, de haber sido el segundo en haber sido construido en 1887 (no en 1894 como señala la ya citada página de la Municipalidad porteña). Su validez histórica también radica en que está en el tramado del casco patrimonial reconocido por la UNESCO, la que siempre ha estado exigiendo el mantenimiento de esta área patrimonial. Sin embargo, el compromiso de las autoridades políticas del municipio, de privados y, en menor medida, de los usuarios, quienes señalaron que el ascensor no iba a cerrar, desacertaron y ahi están las consecuencias: aparte de una vista espectacular al puerto cuando uno baja desde la Pza. Eleuterio Ramírez, hay consecuencias humanas: la "escalera de la muerte" será el único medio de acceso a esta plaza, al museo Lord Cochrane y al Museo - y café - de Lukas.

Con una gradiente de 70º - lo que lo hacía el ascensor más empinado de los del Puerto - alcanzaba una cota de 30 mts. sobre el nivel del mar. Era administrado por la Cia. de ascensores mecánicos de Valparaíso, quien fue la que tomó la decisión en función de que no era autosustentable sin la ayuda de fondos provenientes de otros lados. 20 millones de dólares costaría salvar los pocos ascensores que aún siguen funcionando y devolverle al cerro Cordillera su ascensor, sin embargo parece no haber voluntad. Se prefiere subir el valor del Transantiago descaradamente a costa de los usuarios y así el gobierno desligarse del tema sustento, bien. Pero porque no desentralizar fondos para la recuperación de estos actores de la historia porteña.

La fragilidad del Cordillera va más allá de materialidad liviana, su puerta de doble hojilla y vidrios, y sus dos rieles enclavados en el cerro en hormigón. También, su fragilidad va por nuestro escaso acerbo histórico y pertenencia a lo local en detrimento de otros intereses llámense políticos, económicos o lo que sea.

En virtud de no seguir perdiendo algo no solamente local sino que, también, nacional apelemos a que voluntades que quieran conservar algo tan nuestro en el año del bicentenario aunen deseos en pos de no matar a este monumento de 123 años que soportando un incendio ha sobrevivido estoicamente no solamente al paso del tiempo.
Powered By Blogger