
En la actualidad la culpa no se puede adjudicar privadamente a determinado individuo, sino que, por alguna misteriosa razón, es algo compartido por todos. Este sentimiento parece volver a aparecer entre nosotros. Nos dicen que en las sociedades tribales es una reacción familiar que cuando sucede algo horrible, algunas personas comenten: "Que espantoso debe ser sentirse así"!, en vez de culpar a quien cometió la mala acción. Este sentimiento es un aspecto de la nueva cultura de masas en la que estamos penetrando: un mundo de compromiso total donde cada uno está profundamente envuelto en la vida de los otros, y donde ya nadie concibe en realidad qué puede ser la culpa personal.

En un ambiente de información eléctrica, los grupos minoritarios ya no pueden ser contenidos - ignorados. Demasiadas personas saben demasiado las unas sobre las otras. Nuestro nuevo ambiente obliga al compromiso y a la participación. Cada uno de nosotros está ahora irrevocablemente envuelto en la vida de los demás, y es responsable de ellos.
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