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domingo, 6 de enero de 2008

Año nuevo en retrospectiva...

Un nuevo año, una nueva entrada! Esperando que todos los que pasen por aquí tengan un año libre de cualquier tipo de enajenación, Arkham les saluda desde los pabellones claroscuros de los suburbios del País del Miedo. Y, además, les propone una reflexión respecto del mensaje de estas fechas.

Será por herencia materna, tal vez, pero el año nuevo no me despierta ningún tipo de ánimo festivo y menos, deseos de desatarme en celebraciones pirotécnicas, tecnos, náuticas, culinarias o de cualquier estirpe que hoy esté en vogue. Es más, alguna vez anduve por las calles del puerto de Valparaíso, vagando de lugar en lugar, recibiendo abrazos de ahuevonados (as) que jamás en mi vida había visto pero me las bancaba...desde el mítico Playa al Proíta - parafraseando a un insigne - o desde la Intendencia hasta el Pagano la idea era celebrar; no se qué, pero celebrar con alguna botella de algo bajo el sobaco deseándole a medio mundo todos los parabienes posibles para el nuevo año que llegaba: Importaba un soberano carajo cómo le fuera al sujeto en realidad, lo que importaba era rockandrollear. Pero lamentablemente, la tónica no era otra cosa que seguir la tradición festiva, más allá si lo que estaba haciendo nacía de propia iniciativa o te dejabas guíar por la manada enjolgorizada. A estas alturas del partido, tendría que estar bien dopado como para irme a meter a la Plaza Sotomayor, con cinco mil huevetas, a ver los fuegos artificiales, o presenciar a un digno hijo de este asilo bailar en pelotas - literalmente - al frente de Prat con decenas de hueones "avivándole la cueca". Lo más probable, también, tiene que ver con el paso de los años, mismos que me impedirían ponerme a bailar en la calle, chupando "de lo lindo" y saludando a aquellos pelotudos antes mencionados, con una sonrisa de oreja a oreja diciéndoles, quién sabe, una sarta de imbecilidades.

Fíjate que los últimos tres años nuevos son reflejo de lo antes señalado. 2006, comiendo en la casa y viendo los fuegos artificiales en la Av. España para acostarse cerca de las 03.00 AM o tal vez antes. 2007, comiendo en familia, con Josildo incluído, y yendo a ver los fuegos artificiales de Concón desde Ritoque. No se vio nada, quedamos con los zapatos llenos de arena y el año - salvo algún notable matiz - fue como las reverendas huifas a tal punto que vine a parar aquí. Y, he nos aquí, 2008: me permitieron salir del encierro y partí a Santiago. No hubo fuegos, salvo resplandores provenientes quién sabe desde dónde. El año partió con un "pendejo" ritalín gritando e hinchando las gónadas a su máxima expresión; con una profesora básica (formadora de infantes en edad de aprender a leer) cuya conversación sobresalía por su abuso de SSH - sshisscha, sshaleca, ponsshe, etc. -;con un pastor evangélico bendiciendo la comida - menos mal que fue escueto -; con un vino de batalla a un lado de la mesa y con otro de $6000 en el lado de los anfitriones (menos mal que estaba sentado con los dueños de casa); abrazando, salvo a los anfitriones y MGM, a gente que nunca había visto y, lo más probable, nunca más veré; y, haciendo instrospección acerca de la puta filiación y lo des - hechable que pueden llegar a ser algunos lazos. El término de la fiesta fue cerca de las 04.00 AM. Como ves, la jarana hace rato dio paso a instancias más íntimas y estrechas, salvo los acontecimientos freak que nunca van a faltar.

El punto a discutir es qué representan las 00.00 del 01 de enero de cada año. En nuestro caso, el de la sociedad occidental, la fecha está determinada por las reformas del Papa Gregorio XIII, quien en 1582 dispuso el calendario que utilizamos hasta hoy reformulando el calendario juliano, de origen romano y que tiene un desfase de 14 días con respecto al gregoriano. Específicamente, la fecha conmemoraría la circuncisión de Cristo, 8 días después de su nacimiento, día en que recibe el nombre de Jesús. Curiosa celebración entonces!!! Grandes fiestas en las principales metrópolis del mundo, el "pendejo" insufrible en mi caso particular, Valparaíso reuniendo un millón de visitantes, el hueón de la Plaza Sotomayor bailando con las "presas" al aire, todo por la circuncisión de Cristo...PATRAÑAS!!! Pregúntenle a cualquier hijo de vecino que tengan cerca por qué celebramos el año nuevo el 1 de enero y vean que burrada les responden. Y ojo, que estamos hablando del año nuevo occidental. ¿Por qué no celebramos el año nuevo mapuche? el 24 de junio en la fiesta del We Tripantu, sin mencionar el 1 de Muharram, el 1 de Vendimario o la precisión del calendario maya.

En fin, parece ser parte de nuestra naturaleza buscar motivos para festinar. Algunos se lo toman muy en serio y otros, entienden que el paso de los años deben dar paso a más reflexión y ensimismamiento en compañía de un buen traguillo, unos puchos y un par de Efexor por si el saldo del año viejo lo ameritan.

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