
Letras célebres de la época de la dictadura argentina quedaron en el inconsciente colectivo de esa cultura nacional: "los dinosaurios van a desaparecer", "a la Argentina le hacen falta huevos", "hombres de gris, azul y negro", "el régimen se acabó", son referencias a lo traumático que resultó para el pueblo argentino (igual para el caso chileno) tener que padecer a los militares, a sus órganos represores y a sus centros - ilegales - de detención desde donde, lo más probable, era salir en un saco con un tiro en la cabeza.
La finalidad de esta entrada tiene dos objetivos: la primera es muy simple, sacudir las memorias de los chilenos y hacernos rememorar la dictadura en nuestro país y la identificación de Sebastián Piñera y todo su séquito con el pinochetismo. Se imaginan a Jovino Novoa de ministro del interior o a Cristián Larrouette como ministro de hacienda y tantos otros. Vomitivo.

"Crónica de una fuga" es eso y más. Es la violencia psíquica de no saber si hoy es el día o, bien, sólo te están sacando para limpiar los baños. Por eso decíamos, es una película sutil, en cuanto, si bien se ven torturas, el director Caetano Sierra se esmera en entregar un mensaje alentador y no uno devastador que haga presumir el "mal morir" a manos de los hombres de gris parafraseando a Federico Moura. Alentador en cuanto los valores intrínsecos del ser humano, aunque a ratos se trastocan, tienden a no perderse, sobre todo, la libertad. Valor inherente al ser humano.
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