Féminas, sombras y maléficas....Pandora, Lilith y otras calamidades

La redención constituye sanación, y en cuanto proceso paulatino, no lineal y proclive a los desvíos, a los atajos y a las circunvalaciones, amerita una explicación acerca de su origen. Una especie de mito que nace para encauzar la historia maldita de la especie y que encuentra en algunas célebres, la purga, la catarsis, el castigo, el infierno de Dante y su rey de los demonios.

¿Cuántas Pandoras son necesarias para que Zeus calme su deseo de venganza? ¿Cuántos obsequios son necesarios para que la golondrina no muera a los pies de una alegórica estatua de príncipe?

Las respuestas rebasan las buenas intenciones y los augurios más prósperos, sin embargo los abyectos y desalmados de siempre siguen abandonando a su suerte a los que deambulan entre texturas espesas y oscuras que, en apariencia, representan la felicidad completa, pero que no son más que una proyección de las miserias humanas no saciadas.

"Y cuando el dios hubo hecho esta hermosa calamidad en vez de algo útil, llevola a donde estaban los dioses y los hombres todos. La doncella apareció hermosa...Y admiró tanto a los dioses como a los mortales la vista del hermoso artificio, contra el que nada podrían los hombres"(Hesíodo).

Pandora es, de acuerdo al mito, símbolo del castigo "envuelto" o encubierto en una imagen bondadosa e inocua. Dice la historia que tras el atrevimiento de Prometeo de robar el fuego a los dioses para regalárselo a los hombres, Zeus - el padre de los dioses - mandó a Efestos a modelar tierra y agua hasta dar figura a un ser humano, a Hermes le dio por tarea regalarle el alma y la fuerza, mientras que Atenea y Afrodita vistiéronla. Los dioses, entonces, habían creado una mujer a imagen de las diosas inmortales.

Desde el Olimpo, Zeus envió a Pandora como presente a Epimeteo, hermano de Prometeo, quien se casó con ella desatando la tragedia por todos conocida: era muy común en las antiguas casas griegas la existencia de vasijas que servían para almacenar vino o aceite. Pandora destapará una de éstas, conjurada por Zeus, esparciendo por el mundo todo tipo de calamidades guardando sólo la esperanza dentro del pythos.

A través de los tiempos, los detentadores del poder - materializado en la forma que sea, hoy a través de la opinión pública, ayer a través de la religión - cuan estela mesiánica, quieren hacernos creer que nos devolverán esa esperanza retenida en aquella mítica vasija adjudicándole a una nueva Lilith (según la cábala, el Talmud y el Zohar, primera mujer de Adán que sucumbió a los demonios lascivos del Mar Rojo abandonando a su marido. También presente en la mitología sumeria y hoy asociada al vampirismo) todas las cargas "calamitosas" que sufre la humanidad - o tal vez este asilo -.

Se repite, entonces, la historia de la joven de El ruiseñor y la rosa, que prefiere cínicamente crear falsas expectativas en el protagonista, acarreando la tragedia en el epílogo de la historia. Como también se repite la figura de Eva, Pandora, Lilith y Aracné. Esta última era muy habilidosa en el arte de tejer, pero tenía un gran defecto: era demasiado orgullosa. Ella quería que su arte fuera grande por su propio mérito y no quería deberle sus habilididades y triunfos a nadie. Por eso, en un momento de inconciencia, retó a la diosa Atenea, quien por supuesto aceptó el reto. Primero, se le apareció a la joven en forma de anciana y le advirtió que se comportará mejor con la diosa y le aconsejó modestia. Aracné, orgullosa e insolente desoyó los consejos de la anciana y le respondió con insultos. Atenea montó en cólera, se descubrió ante la atrevida jovencita y la competencia inició. En el tapiz de la diosa, mágicamente bordado se veían los doce dioses principales del Olimpo en toda su grandeza y majestad. Además, para advertir a la muchacha, mostró cuatro episodios ejemplificando las terribles derrotas que sufrían los humanos que desafiaban a los dioses. Por su parte, Aracné representó los amoríos deshonrosos de los dioses, como el de Zeus y Europa, Zeus y Dánae, entre muchos más. La obra era perfecta, pero Atenea encolerizada por el insulto hecho a los dioses, tomó su lanza, rompió el maravilloso tapiz y le dio un golpe a la joven. Ésta sin comprender, se siente totalmente humillada y deshonrada, por lo que enloquece y termina por ahorcarse. Sin embargo, Palas Atenea no permitió que muriera sino que la convirtió en una araña, para que continuara tejiendo por la eternidad.

Éstas y otras féminas cargan con el lastre de ser seres malignos y perniciosos por la eternidad a la luz de la ideología patriarcal imperante desde las civilizaciones antiguas, guardando en común el haberse sabido transgresoras del orden que el discurso imponía. Bienvenidas a Arkham gentiles damicelas!!!