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jueves, 31 de mayo de 2007

Féminas, sombras y maléficas II...el Malleus Maleficarum

En tiempos de crisis, tiempos tempestuosos, revueltos, impredescibles, cambiantes, el ser humano siempre ha buscado refugio en explicaciones que trascienden al intelecto culpando de todas sus pesadillas a imaginarios - individuales o colectivos - que serán objeto de las más tremendas persecusiones e inimaginables cuestionamientos.

En alguna época, el producto de todos los males, reales o inventados, fueron las mujeres. Desde la creación de la Inquisición se las persiguió como la semilla de todo lo infatuo y delesnable que podía suceder: era el inicio de la caza de brujas, proceso que se extendió por varios siglos en Europa y América pero que alcanzó su cénit en los siglos XVI y XVII. Toda actividad sospechosa, acontecimiento fuera de lo común y, para que decir, eventualidades catastróficas serían adjudicadas a estos súcubos, parejas de satán, descendientes de Lilith - la "Luna Negra" - y lascivas ninfómanas que buscaban placer para luego estrangular a los hombres seducidos por sus malas artes.

Sin embargo, toda construcción mental tiene un apoyo, un pilar sobre el cual diseñar la manera de enfrentar estos episodios. La brujería fue combatida firmemente a partir de un texto redactado en 1486 por dos curas dominicos, el Malleus Maleficarum o El martillo de los brujos; una justificación erudita de la tendencia del género femenino a la brujería con la consabida receta para combatirla, a veces con extrema crueldad.

Quiero, en esta ocasión, compartir algunos extractos de esta justificación para complementar la entrada anterior que, desde el mito y la literatura, colocaban a la mujer como la responsable de grandes tragedias en la historia de la humanidad con la consiguiente aclaración contingente que nos plantea la problemática de descubrir si hoy esas persecusiones no se habrán vestido de otra piel o, en algún tipo de mutación, habrán derivado a alguna conducta sexista de pesimismo cuando ellas están cerca (muy cerca).

"De la maldad de las mujeres se habla en Ecclesiasticus, XXV: "No hay cabeza
superior a la de una serpiente, y no hay ira superior a la de una mujer. Prefiero
vivir con un león y un dragón que con una mujer malévola". Y entre muchas otras
cosas que en ese lugar preceden y siguen al tema de la mujer maligna, concluye: todas las malignidades son poca cosa en comparación con la de una mujer. En su segundo
libro de La retórica, Cicerón dice: "Los muchos apetitos de los hombres los llevan a
un pecado, pero el único apetito de las mujeres las conduce a todos los pecados,
pues la raíz de todos los vicios femeninos es la avaricia". Y Séneca dice en sus
Tragedias: "Una mujer ama u odia; no hay tercera alternativa. Y las lágrimas de
una mujer son un engaño pues pueden brotar de una pena verdadera, o ser una
trampa. Cuando una mujer piensa a solas, piensa el mal".

Si investigamos, vemos que casi todos los reinos del mundo han sido derribados
por mujeres. Troya, que era un reino próspero, fue destruido por la violación de
una mujer, Helena, y muertos muchos miles de griegos. El reino de los judíos
sufrió grandes desdichas y destrucción a causa de la maldita Jezabel, y su hija
Ataliah, reina de Judea, quien hizo que los hijos de su hijo fuesen muertos, para
que a la muerte de ellos pudiese llegar a reinar; pero cada una de ellas fue muerta.
El reino de los romanos soportó muchos males debido a Cleopatra, reina de
Egipto, la peor de las mujeres. Y así con otras. Por lo tanto, no es extraño que el
mundo sufra ahora por la malicia de las mujeres.
¿Qué clase de mujeres son más supersticiosas que otras e infectadas de brujería? Tres vicios generales parecen tener un especial dominio
sobre las malas mujeres, a saber, la infidelidad, la ambición y la lujuria. Por lo
tanto, se inclinan más que otras a la brujería, las que, más que otras, se entregan
a estos vicios. Por lo demás, ya que de los tres vicios el último es el que más
predomina, siendo las mujeres insaciables, etc., se sigue que entre las mujeres
ambiciosas resultan más profundamente infectadas quienes tienen un
temperamento más ardoroso para satisfacer sus repugnantes apetitos; y esas son
las adúlteras, las fornicadoras y las concubinas del Grande.
Ahora bien, como se dice en la Bula papal, existen siete métodos por medio de los
cuales infectan de brujería el acto venéreo y la concepción del útero. Primero,
llevando las mentes de los hombres a una pasión desenfrenada; segundo,
obstruyendo su fuerza de gestación; tercero, eliminando los miembros destinados
a ese acto; cuarto, convirtiendo a los hombres en animales por medio de sus artes
mágicas; quinto, destruyendo la fuerza de gestación de las mujeres; sexto,
provocando el aborto; séptimo, ofreciendo los niños a los demonios, aparte de
otros animales y frutos de la tierra con los cuales operan muchos daños.
Y ante todo acerca de quienes son hechizados por un amor u odio desmesurados,
asunto de una clase que resulta difícil de analizar ante la indulgencia general. Sin
embargo debe admitirse que es un hecho. Porque Santo Tomás (IV, 34), al tratar
de las obstrucciones provocadas por las brujas, muestra que Dios otorga al
demonio mayor poder contra los actos venéreos de los hombres que contra sus
otras acciones; y da el siguiente motivo: que es posible que así sea, ya que tienen,
más tendencia a ser brujas las mujeres más dispuestas a tales actos. Y ojalá esto no fuese cierto como lo dice la experiencia. Pero la verdad es que la
brujería despierta tal odio entre quienes han sido unidos en el Sacramento del
Matrimonio y tal congelamiento de la fuerza de gestación, que los hombres son
incapaces de ejecutar la acción necesaria para engendrar hijos. Pero como el amor
y el odio existen en el alma, en la cual ni siquiera el demonio puede entrar, es
preciso investigar estas cosas, no sea que parezcan increíbles para alguien
".

1 comentario:

Anónimo dijo...

Wena wena profe... jajaaja... no me lo tomo a pecho, pero no me considero tan mala... aunque no niego ser a veces dañina... tanto como ud lo puede ser para con quien sea. Pero en fin... es ta bien bueno el tema.. mucho de que hablar, y tantas otras cosas que callar... es cierto tambien que muchas mujeres se han visto envueltas en tantos ejemplos como los que dio... tal vez casualidad, talvez un grito de ayuda... nadie logra las cosas completamente por si solo... y asi como un hombre acude a su mujer como su apoyo... una mujer sola, talvez, pide a la ayuda de un buen hombre... y algunas no la consiguien... quiza sea este el fin de la historia... quizas no!!!
a lo mejor... solo eran malas o ingenuas... lo unico que pido a dios... es no ser una de ellas.. XD

Daniela Pardo

muchos saludines-pines... que te de lo mejor-------

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