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jueves, 27 de septiembre de 2007

Requiem por un sueño: El lado B de la vida!

No existe ningún tipo de fiestas cuando estás aquí. Las fiestas patrias, la navidad, el año nuevo, todo es lo mismo. De eso se trata el encierro, de estar aislado, de trasponer la línea de la normal y recta cotidianeidad para volverla cotidiana. Sin embargo, en los días pasados, nos pusieron a todos los "enfermitos" del pasillo J a ver la TV. Sí...una película para poder romper la anomalía de los días y de sus constantes. Entre las pastillas para levantarse, las dosis de litio correspondiente, las labores de jardinería, la comida, las pastillas para dormir, vamos a ver un filme. El nombre: Requiem for a dream.

¿De qué se trataba? De nosotros mismos, de nuestras vidas. Darren Aronofsky - su creador -compone con imágenes y palabras para expresar un torbellino de ideas y sensaciones, tremebunda reflexión sobre los problemas sociales o, mejor aún, sobre el ser humano alienado de sí mismo y perdido en un mundo vacío que va llenando con las realidades virtuales de la ensoñación. Sueña con lo que quieras, todo sirve: las drogas, la televisión, el sexo, la comida, son las vías hacia un paraíso artificial que nos sumerge en lo que no somos. En pocas palabras, la trama se desarrolla a partir de la vida de Harry que vive con su atormentada madre Sara, y mientras él sueña con una vida mejor, ella está permanentemente a dieta para el día que pueda cumplir su mayor ilusión: aparecer en su concurso televisivo preferido. La ambición de Harry y su novia Marion es hacerse ricos vendiendo droga con su amigo Tyrone, y utilizar las ganancias para abrir un negocio propio, pero nunca llega el dinero suficiente para iniciar su plan. A pesar de todo, Harry y Marion no se resignan a vivir una existencia que consideran despreciable, por lo que harán lo impensable para conseguir la vida que anhelan.

El ser humano en toda su magnitud es un permanente generador de motivaciones, y encuentra en ellas una meta cuyo premio - creemos - es la realización total para algunos; la felicidad, para otros; un mero paso para la búsqueda de nuevos objetivos, para otros tantos. No obstante, cuándo nos planteamos aquel objetivo final no nos proponemos el camino que hay que seguir para alcanzarlo o, al menos, debemos reconocer que el camino presenta ciertos "eventos", bifurcaciones u obstáculos que impiden ese logro. De esto derivan situaciones "marginales", fronterizas con lo considerado normal, los "bordes" parafraseando a algún filósofo por allí: la miseria humana, el fracaso, la perturbación, la renuencia hacia lo considerado moralmente correcto son alternativas que surgen de aquellos discursos exitistas y conservadores a la hora de cotejar socialmente a un individuo: Sara Goldfarb siente que su vida logrará sentido si sale en TV con su vestido rojo, pero también sabe que su vida sosa la llevó a engordar al punto que tendrá que hacer dieta. Las anfetaminas que consumirá para lograr su objetivo la harán dependiente al punto de alucinar y, en fin, perder la cordura. Pero, ¿quién plantea lo que es cuerdo o no lo es? ¿Ella? o ¿nosotros?

¿La dependencia de Marion Silver es solamente a la heroína? O también al amor que siente por Harry Goldfarb. Los fracasos vienen generalmente de la mano con la soledad, porque al no llevar a cabo la realización trascendente del sujeto éste fracasa para el mundo, ante lo cual se aisla y busca fórmulas de evasión o de autosatisfacción alimentando aún más el cerco que deslinda con nuestros pares. La tónica de la película, entonces, consiste en la representación de un conglomerado de infiernos individuales articulados en una expresión de tragedia colectiva, un latido ahogado que avanza hacia el sueño final, la desesperada huida hacia delante. La muerte del sueño en el sueño mismo. En función del título, pues, la idea básica es el lamento ante los subterráneos de la sociedad, la fragilidad humana, lo poco que somos y lo mucho que en mal nos perjudica no ser más de lo que somos.
Pero cabe hacerse la pregunta de por qué el filme y los personajes - creados por Hubert Selby Jr. - han calado tan profundamente en la gran mayoría de los espectadores, al punto que hay ciertas imágenes - asociadas a una música digna de fanfarria al manicomio - que determinan las naúseas, la repugnancia, el dolor físico, el morbo, el asco y, hasta, el onanismo. Creo que el punto va más allá de la identificación con alguno de los personajes; mas bien, se trata de una asociación de experiencias particulares tangenciablemente congeniadas con algún episodio personal que a nivel consciente el sujeto retrotrae a sus vivencias singulares. Por lo demás el cuarteto de protagonistas pueden ser cualquiera de nosotros: Tipos que tienen una vida común, no están destinados a ningún tipo de gloria personal, no están dotados de ninguna grandeza instituida y/o valorada, pertenecientes a esos millones de existencias condenadas a no dejar rastro alguno de su paso por el mundo, que en sus desgracias, en sus pasiones, en sus amores y en sus odios hubiese un tono gris y ordinario frente a lo que generalmente se considera digno de ser destacado; en consecuencia, vidas que hayan estado atravesadas por la violencia, la energía, el exceso, la bajeza, la obstinación y la desventura, cualidades todas que les proporcionan a nuestros ojos, y en contraste mismo con su mediocridad, una especie de grandeza escalofriante o deplorable que los hace llamativo a nosotros. He ahí el mérito de Requiem for a dream.

Buena o lamentablemente, todos los que residimos en este asilo - el establishment - hemos llegado hasta acá por la constante búsqueda de aquellos tentadores quince minutos (sea en el ámbito que sea) que nos hagan despuntar del resto, cuando lo que de seguro vamos a obtener es sentarnos en la vereda a esperar que nos vengan a visitar - como Sara espera a Harry, espetándole a sus vecinas el "éxito" de su hijo - y que nos toque "el cuarto de hora". Ojalá no terminar como Marion!!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sin querer polemizar mayormente, no estoy muy de acuerdo con eso de que la felicidad se encuentra en las metas cumplidas. creo que la experiencia nos enseña a planificar de antemano todos los caminos posibles, con sus pros y contras. Luego es a uno de optar por uno a sabiendas de que no sera facil, convertir los obstáculos en elementos cotidianos y necesarios...de no ser asi, se vive en una eterna frustración...te das cuenta que los instantes de felicidad no son mas que un mero recuerdo, ya que si no gozas de lo sencillo y bello de la vida, cuando cumplas tu objetivo no seras feliz porque tendras 10 metas nuevas que alcanzar...la felicidad esta siempre con uno , es cosa de cogerla...El ver las cosas de este modo, te acerca cada dia mas a la plenitud..............besos.plenos...........evazion.

JòseMiguel dijo...

Evazion: Creo que aunque uno sea muy estructurado y planificado, nunca se pueden preveer los imponderables de la vida. Ellos le dan sentido a la existencia; de no ser asi, las vidas serían más miserables de lo que ya son. Por lo demás, y como tu lo planteas, somos seres inconformes por naturaleza ¿Por qué crees que cerca del 50% de la población chilena tiene algún tipo de enfermedad mental?

Saludos y bienvenida a este humilde asilo para "anormales"

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