Entradas populares

martes, 18 de marzo de 2008

Judas, un incomprendido más de Arkham

Se acerca semana santa, y aparecen todos los ritos correspondientes a esta fecha, como por ejemplo no comer carne el viernes santo - aunque el tema es una patraña, porque a las 12.00 del día sábado comienzan los asados, los choripanes, etc. Está también, un día antes del viernes santo, el lavado de pies, la no celebración de misas esperando la resurrección del Señor el día sábado y asi otros tantos símbolos de semana santa. Para que hablar de los "huevitos" y de la "quema" de Judas.
Esta última una tradición que curiosamente, por múltiples motivos, está en entredicho puesto que el doceavo apóstol habría sido el responsable de que Cristo cumpliera con su misión en la tierra por su condición humana que lo hacía dudar ante el padecimiento que se le acercaba: Entonces Judas sería el responsable de la misión del nazareno: redimirnos de los pecados y entregarnos la promesa de vida eterna. Por lo tanto, la "quema" de Judas podría aparecer más como un continuo histórico medieval que como una tradición justificada. No por algo los niños son los grandes protagonistas de este rito.

El origen de esta tradición se remonta al siglo VIII, cuando Carlos III reprodujo en su corte el carnaval popular que se realizaba en toda España. La Quema del Judas tradicionalmente ha consistido en la confección de un pelele de forma humana que se cuelga de una cuerda tendida entre dos balcones y al que antiguamente se daba muerte ritual, incluso a base de disparos de escopeta, justo al mediodía del Sábado Santo. Una vez muerto el pelele la gente solía romper contra el suelo cacharros viejos, con lo que se delimitaba el área donde "no podía entrar el demonio". Según fuentes antropológicas, sin embargo, es posible vincular esta celebración con el antiguo mundo ibero-romano y sus fiestas, tales como las saturnales (fiesta desenfrenada en la cual se expulsaba al año viejo), las lupernalias o lupercalias (ritos flajelatorios de purificación y fecundidad) y las fiestas en honor a Jano (divinidad protectora del comienzo del año).

Cada año durante la última semana de la Cuaresma o Semana Santa, grupos de niños y jóvenes salen a las calles del "País del miedo" a pedir "monedas para el Judas". Muñeco confeccionado con ropas viejas y que es generalmente quemado públicamente el Domingo de Resurrección.

En nuestro asilo, esta tradición se remonta hacia 1900, pero fue a mediados de la década del '50 cuando esta costumbre se masificó.

Con el transcurso de los años la "quema del Judas" ha ido introduciendo algunos cambios y ahora es posible encontrar a los más odiados personajes de nuestro asilo personificados en estos muñecos de trapo.

El domingo de Resurrección es el día escogido para vengar la traición de Judas. Cerca del anochecer el paupérrimo muñeco es colgado en plena calle a vista y paciencia de toda la comunidad y a la espera de que una llama inicie su fin, sin dejar de cumplir el rito del testamento.

Cuando la hora del castigo se acerca, un miembro del grupo inicia su graciosa lectura, que deja como herederos a los vecinos del sector y en donde una supuesta viuda cobra especial relevancia al defenderlo.

La quema de Judas, entonces, se escapa un tanto del dogma, no tiene una raíz dogmática, sin embargo tiene un sustento en palabras del evangelio. Específicamente la narración del evangelio de Marcos, que anota que luego de entregar a Jesús, Judas se arrepiente y va a hablar con los sacerdotes para devolverles las 30 monedas de plata obtenidas por su traición, ya que el condenado es un inocente. Tras serle rechazado el dinero, Judas lanza las monedas al suelo del templo. Los sacerdotes le dicen que eso ya pasó no hay vuelta atrás. La cosa es que Judas se desprende de las monedas y se ahorca. Lo que hay es una especie de sutentación de la quema de Judas. Se quema a un Judas ahorcado, que está colgado de un palo. Al ser quemado, con unos pocos cuetes que le meten, las monedas que los niños colocaron en la figura explotan y se desparraman, figurando la forma en que Judas habría desparramado las monedas en el templo.

Sea cual sea la verdad, trastocada por el paso de los siglos, no cabe duda que Judas Iscariote se merece estar en este asilo por haber sido un incomprendido, o bien un traidor de marca mayor. Sólo basta esperar al domingo de resurrección para reditar esta tradición que - aunque sea por una noche - pretende hacer purgar a este personaje bíblico.

No hay comentarios:

Powered By Blogger